Una nueva propuesta que estanca a Concepción

20 / 01 / 20
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Columna de opinión del presidente de la CChC Concepción, Felipe Schlack Muñoz

 

Hace unos días vimos con sorpresa como el Concejo Municipal de Concepción aprobó una nueva versión de la imagen objetivo (IO) para iniciar formalmente el proceso de modificación de su Plan Regulador Comunal (PRC).


En la práctica, se definió un límite de 5 y 7 pisos en el centro de la ciudad. La altura máxima, de 15 pisos, quedó establecida para el sector de avenida Alessandri, lejos del centro, en un área más enfocada a los servicios que al uso habitacional y donde no llega el transporte público. Similar caso ocurre con el tope de 12 pisos, aplicable solo a algunas arterias como Prat, Carrera, Collao y 21 de Mayo.


Consideramos que es atendible que preservemos aquellas áreas que representan nuestro valor patrimonial y natural, y también tener zonas que propicien la vida de barrio. La brecha de la actual IO está en aquellas zonas donde sí es factible densificar de forma equilibrada, como Chacabuco, Manuel Rodríguez o Paicaví, entre otros sectores, que son preferidos por los penquistas producto de la calidad de vida que ofrecen sus entornos.


No cabe duda que es pertinente modificar el PRC y adaptarnos a las nuevas dinámicas y necesidades de los habitantes, pero lamentablemente es su visión de largo plazo lo que hipotecará el desarrollo futuro de la ciudad.


Esta situación nos hace rememorar la fallida entrada en operación del Transantiago. Aquella vez se diseñó un nuevo sistema de transporte público para los santiaguinos, obviando un factor clave: la voz de quienes entendían el movimiento diario de la ciudad, de quienes ‘hacían la pega’ cada día, como son los transportistas. Acá está pasando lo mismo, ya que se están estableciendo parámetros urbanísticos sin sustento técnico.


Justo antes del estallido social, exploramos el sentir de los penquistas sobre sus prioridades para la ciudad. El resultado de la encuesta aplicada por GfK Adimark fue concluyente: la altura de los edificios no era una de ellas. Pero sí lo son otros aspectos como la peatonalización de la ciudad y el acceso a áreas verdes. Y eso nos lleva otra vez a algo que hemos venido sosteniendo: ¿Cómo es posible que la actualización de este instrumento de planificación solo se base en la altura de los edificios, y no considere otras variables de valor para la ciudad y su gente?


Creemos que es un error demonizar la altura porque sí, y no condicionarla, por ejemplo, a medidas urbanísticas sustentables. Un edificio de 20 pisos no es malo porque sí, efectivamente se convierte en un aporte si cumple con debidos criterios que favorezcan el crecimiento de la ciudad.


Ponerle esta camisa de fuerza a Concepción impedirá que más personas vengan a vivir al lugar más atractivo que tiene, dejándolo solo para el 1% con más ingresos ¿Eso es justo? Porque si queremos acortar la brecha de la desigualdad, una medida tan drástica como ésta apunta solo a incrementarla, pues veremos menos construcción, puestos de trabajo y servicios. También menos viviendas y a mayor costo, y más tiempos de desplazamiento al tener que escoger la periferia de la ciudad para vivir. El camino para modificar el PRC es largo, trabajémoslo con responsabilidad y real diálogo.