El Imacec y el Desafío Constitucional: ¿Hacia un Futuro Económico Incierto o un Crecimiento Posible?

06 / 11 / 23
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Por Ricardo Salman, presidente CChC Chillán​

El resultado del Imacec para el mes de septiembre de 2023 ha traído consigo una sorpresa positiva. En lugar de la caída anticipada por el mercado, se registró un valor cero, lo que significa que no hubo ni aumento ni disminución en comparación con septiembre del año anterior. Este fenómeno se debe en gran parte al crecimiento en la actividad minera y resto de bienes, lo cual compensó las disminuciones en el comercio y los servicios. El comercio minorista, en particular, sufrió la mayor caída, principalmente debido a la reducción en las ventas de supermercados, grandes tiendas, ferreterías y el sector automotor.

Al parecer nos estamos acostumbrando a estas cifras en constante declive que a algunos deja contentos, sin embargo, debemos mirar más allá y considerar lo que está sucediendo con el PIB per cápita, el cual ha estado disminuyendo en los últimos años. Esta situación debería preocuparnos a todos, ya que indica un empobrecimiento a nivel individual.

¿Pero qué factores están contribuyendo a esta tendencia negativa? La pérdida de incentivos a la inversión, resultado de sucesivas reformas tributarias en la última década, es uno de los principales motivos. Este tema será abordado en marzo próximo, con la propuesta de nueva reforma tributaria. La burocracia, con sus procesos de permisos largos y costosos, también juega un papel importante en la demora de aprobación de proyectos. Para abordar este y otros problemas, hemos propuesto a las autoridades un plan con 25 medidas que podrían agilizar estos procesos. La permisología está siendo discutida en el Ministerio de Economía, y esperamos que se traduzca en un proyecto de ley que sea presentado al Congreso antes de fin de año, con el objetivo de acortar los plazos de aprobación de proyectos.

Un tercer factor fundamental que ha afectado la economía desde 2019 es la incertidumbre generada por el proceso constitucional. Esta incertidumbre, combinada con las difíciles condiciones económicas y las restricciones en las condiciones de financiamiento tanto para las familias como para las empresas, ha contribuido a frenar la actividad económica. Si bien se entiende que la Constitución per se no resolverá los problemas, la definición clara que emerja de este proceso debería crear condiciones propicias para el crecimiento económico y mayores ingresos para las familias, así como permitir al Estado contar con más recursos fiscales derivados de un crecimiento sostenido para atender las necesidades sociales en áreas como salud, educación y pensiones, que la comunidad demanda.

En resumen, todo depende del crecimiento económico, el empleo, la inversión y los ingresos tanto de las familias como del Estado. Por lo tanto, es crucial que cerremos el proceso constitucional el 17 de diciembre. ¿Podemos permitirnos ser indiferentes o ignorar un crecimiento tan bajo en estos tiempos de desafíos económicos?