Ojos que no ven…

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Por Alicia Vesperinas

Publicada el 06 de junio del 2020 en el Diario Austral Osorno

Qué notable ha sido la rapidez con que muchas actividades pasaron de ser presenciales a funcionar remotamente. Forzados al cambio para poder mantener la actividad se aceleraron iniciativas haciendo posible lo que hasta unos meses era imposible. Nadie hubiese imaginado que durante este 2020, se dictarían las materias escolares, asistiríamos a reuniones, haríamos trámites, firmaríamos documentos, participaríamos de seminarios y compraríamos casi de todo sin salir de casa.

Las posibilidades para poder funcionar bajo estas nuevas condiciones son dispares. Habilitar estaciones de trabajo y mantenerse online requiere tener el espacio suficiente, una buena conexión a internet y más de un computador, si es que son varios los miembros de una familia. Además de los requerimientos materiales, es necesario manejarse en el mundo web y tener conocimientos medianamente avanzados en herramientas digitales.

Claramente, hay quienes no cuentan con dicha posibilidad. La configuración de las viviendas, como tantas otras variables, presenta una gran dispersión. De acuerdo con un estudio elaborado por Corporación Ciudades, Osorno presenta un valor de 4,02 en el indicador correspondiente a infraestructura de viviendas situándolo un poco bajo la media nacional de 4,83. Podría concluirse que tan mal no estamos. El problema surge cuando se desagrega dicho índice. Los valores van desde barrios completos que puntúan menos de 2,5 hasta sectores que están por sobre 5,2. Misma dispersión se encuentra en los demás índices tales como indicadores de acceso a servicios públicos, de educación, de equipamientos de salud, culturales, áreas verdes. Es la tiranía de los promedios que esconden realidades. Es tal vez por esto, que el Ministro de Salud aseveró hace unos días, con una honestidad que no es frecuente de encontrar, desconocer el nivel de hacinamiento en que vivían muchas personas. Es porque nos acostumbramos a mirar promedios e ignorar las distribuciones.

Afortunadamente, las nuevas tecnologías en manejo de datos permiten conocer con una definición muy detallada las características prácticamente a nivel individual del acceso a servicios. Esto permitirá focalizar de manera precisa las inversiones ahí donde hacen mayor falta. Construir ciudades más equitativas de ahora en adelante debería ser el primer objetivo en materia de planificación urbana.