La Antofagasta que soñamos

Hace ya varios días que celebramos el aniversario de nuestra ciudad y los acontecimientos se suceden de manera vertiginosa; no obstante, hacemos un alto y nos concentramos en ella y sus desafíos tan pendientes de manera diaria. Con el 144 aniversario de Antofagasta encontramos una nueva oportunidad para soñar con la ciudad que deseamos. Una ciudad más unida, con identidad, más solidaria, inclusiva, y desde el punto de vista urbanístico; mejor conectada, integrada territorialmente, con más y mejores espacios públicos, áreas verdes, donde la actividad productiva y la industria pueda desarrollarse bajo una mirada sostenible y a la par con el objetivo de una mejor calidad de vida para todos.

Desde nuestro campo de experiencia como gremio de constructores soñamos con un Antofagasta donde prime el bien común de sus habitantes a partir de tres acciones claves: renovación de áreas deterioradas, mejoramiento de áreas segregadas y soluciones habitacionales en zonas consolidadas cercanas a los servicios. Todo esto integrado con un sistema de transporte y movilidad eficiente. De esta forma impactaríamos positivamente en la calidad de vida de los habitantes del territorio siendo una ayuda real para combatir la segregación social, tomando en consideración las variables particulares de habitar el desierto y los desafíos de ser una ciudad puerto. Creceríamos como una ciudad equilibrada y sostenible que pueda remediar las falencias criticas actuales.

Sin embargo, nos encontramos a diario con una ciudad que vive sufriendo la ausencia de no contar con un lugar para depositar desechos inertes y hace pocos días sus habitantes debieron soportar un gran incendio en el ex vertedero, donde los sectores más vulnerables resultaron afectados con las emanaciones tóxicas que provenían de allí. La vivienda también es una de nuestras grandes preocupaciones. La región tiene un déficit de al menos 25 mil viviendas según el Informe de Vivienda Pública 2020, el que hemos dado a conocer a las autoridades municipales y regionales, conscientes que solo con su apoyo podremos afrontar estos problemas de manera unida para que los antofagastinos no sigan dependiendo de promesas. No queremos seguir soñando, queremos trabajar juntos por soluciones concretas, porque es incomprensible que la capital de una de las regiones más ricas del país – con US$25.000 per cápita anuales – no podamos resolver problemas básicos de calidad de vida.

Hoy nuestra región aporta el 10% del PIB al país, ese antecedente basta para sostener que somos esenciales para el crecimiento de Chile y, por ende, que nos merecemos un mejor trato. La elección democrática del Gobernador como la máxima autoridad regional enciende una luz de esperanza para soñar con que las cosas pueden mejorar, y para eso es necesario trabajar colaborativamente entre lo público, privado, academia y sociedad civil, promoviendo el diálogo y la búsqueda de acuerdos desde un espacio técnico y neutral. Confío en que los sueños se pueden hacer realidad.

Marcela Torres Moraga

Presidenta

Cámara Chilena de la Construcción Antofagasta