Hay que apurar el tranco

03 / 08 / 20
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Qué duda cabe que son tiempos difíciles para las familias chilenas de los sectores más vulnerables que están sufriendo los efectos negativos de la pandemia de coronavirus Covid-19 desde a principios de marzo cuando se detectó el primer caso positivo en elpaís, hecho que obligó a la autoridad de salud a implementar una serie de medidas sanitarias que significó dar un rotundo giro en el diario vivir de todos los compatriotas de un momento a otro.

Esto, sin dudas, afectó directamente el bolsillo de millones de hogares a lo largo y ancho del territorio nacional tras la pérdida de trabajos tanto formales como informales producto de la puesta en marcha del confinamiento.

Sin ir más lejos la alta tasa de desocupación (9,3%) que registró la región de Aysén correspondiente al informe del trimestre móvil abril-junio de 2020, publicado en julio por el
Instituto Nacional de Estadísticas (INE), es lamentable. En consecuencia, tras estos resultados alarmantes, es que como gremio de la construcción nos trazamos una exigente meta con el propósito de revertir la recesión económica que tanto dolor de cabeza ha traído a nuestras vidas, puesto que estamos muy conscientes que estar en situación de cesantía es completamente angustiante en tiempos donde todavía el escenario actual no da señales favorables pese al Plan “Paso a Paso” anunciado por el gobierno, que si bien apunta hacia el desconfinamiento gradual con el levantamiento de medidas y apertura del comercio, igualmente la oferta laboral sigue siendo bajísima y hay que continuar pagando cuentas, comprando mercadería y cubriendo gastos de primera necesidad.

Otra cifra inquietante es la reducción del empleo en el sector construcción, lo que repercute negativamente en quienes dependen de la actividad generada por la industria, la cual no solamente emplea a profesionales y trabajadores en obra, sino que también tiene impacto indirecto en el propio comercio local, transportes y hospedajes, resultando ser una gran cadena asociativa.

Por lo mismo, nuestra meta como Cámara Chilena de la Construcción es impulsar en la inmediatez el Plan de Empleo y Reactivación Económica en la región, lo que en la práctica significará una inversión de 278 millones de dólares, recursos que permitirán generar cerca 9 mil puestos de trabajo en el sector de aquí al 2022 en distintas localidades. En esa línea, hoy más que nunca resulta imperioso apurar el tranco en los procesos administrativos para licitar, adjudicar y ejecutar. Esa es la consigna del gremio. Ya sostuvimos reuniones con los Secretarios Regionales Ministeriales de Obras Públicas y de Vivienda y Urbanismo, con el gobernador provincial de Coyhaique, con seis de
los 10 alcaldes de Aysén, con el Sindicato de la Construcción, y hace menos de una semana con la máxima autoridad regional: la intendenta Geoconda Navarrete. Esta última con la intención de articular las gestiones realizadas bajo esta nueva alianza estratégica de carácter pública-privada y así lograr los acuerdos para acelerar las tramitaciones en pos de reactivar y comenzar en el corto plazo las nuevas obras de construcción.

En ese sentido, la representante en la región del presidente de la República se comprometió a revisar en detalle con los ministerios sectoriales cada obra contemplada en la
cartera de proyectos que le hicimos llegar junto con otras que paralelamente nos mencionó, de modo tal de estar colocando la primera piedra en varias obras durante el presente mes. En tal caso, y si lográramos gradualmente iniciar faenas a fines de agosto, le estaríamos dando una tremenda noticia a los vecinos y vecinas que verían resultados inmediatos con obras que fundamentalmente tienen un significativo impacto social como lo son el mejoramiento y construcción de pavimentos urbanos, carreteras, espacios públicos y viviendas sociales, lo que también proyecta una importante inyección de recursos activando y dinamizando las economías locales y de otros sectores productivos.

En definitiva, e insisto, hay que apurar el tranco, sobremanera en tiempos donde la pandemia ha desatado fuertemente la crisis económica y social, para atender las innegables
necesidades de miles de trabajadores quienes actualmente en lo único que piensan es en generar recursos para solventar a sus familias.