Programa Cimientos reinsertó a cerca de 30 personas en 2019 y es reconocido en encuentro “Empresarios por la Reinserción”

23 / 12 / 20
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Promover que las personas privadas de libertad logren reinsertarse socialmente, mediante una capacitación en oficios, es el eje fundamental del Programa Cimientos; que la CChC ha impulsado por más de una década, en las distintas sedes a nivel nacional.

Hoy, esta iniciativa es la base del programa gubernamental “Proyecto +R” y es reconocida en distintos ámbitos como una herramienta concreta y eficaz para contribuir a entregar nuevas oportunidades a quienes han infringido la ley, en algún momento de su vida.

Durante 2019, en Concepción, el programa reinsertó laboralmente a cerca de 30 personas en obras de 10 empresas socias.

El programa se expuso en el tercer “Encuentro de Empresarios por la Reinserción”, organizado por Gendarmería de Chile, a través de un panel de discusión sobre Capital Social y Humano, en el que participó la presidenta del Área Social de la CChC Concepción, Miladi Garfe.

El grupo también estaba integrado por el director de la Corporación Industrial para el Desarrollo (Cidere Bio Bio), Pedro Ramírez; la gerente de Comunicaciones de la Cámara de la Producción y del Comercio del Biobío (CPC Biobío), Carolina Vilches; el gerente de Sostenibilidad de la Asociación de Industriales Pesqueros (Asipes) y por el gerente regional de la Corporación de la Madera (Corma), Fernando Illanes.

En la ocasión, Garfe sostuvo que “la reinserción es más que un acto de responsabilidad social empresarial (RSE), ya que es un aporte que las empresas pueden hacer al país”. En este sentido, destacó que el Programa Cimientos ha sido una herramienta muy eficiente para esa tarea.

La dirigenta agregó que la iniciativa acoge al beneficiario y contempla un acompañamiento, junto a Gendarmería. El plan involucra, como elemento central, la capacitación en oficio para lograr la reinserción laboral y social.

En la oportunidad, Garfe precisó que “la capacitación y seguimiento es completo, porque estamos preparando a alguien para salir a la vida, nuevamente”.

En tanto, el panel valoró como exitoso el programa y plantearon que las iniciativas que apunten a lograr una reinserción deben considerar que la entrega de aprendizajes se adapte a la realidad del mundo del trabajo y contemplar un acompañamiento que integre a las familias de los beneficiados.

El programa Cimientos contempla un acompañamiento sicosocial para el beneficiario, como una manera de apoyarlo a concretar una nueva vida.

EMPRESAS POR LA REINSERCIÓN

En Concepción, el programa Cimientos es desarrollado por un equipo sicosocial de la Corporación Cimientos, que durante el año pasado, ejecutó dos cursos (maestro albañil y multioficio), los que aportaron a la capacitación de 35 personas, de las cuales 28 se reinsertaron en empresas del sector.

Carolina Castro coordinadora zona sur de Cimientos, señala que el objetivo principal es generar una inserción sociolaboral de personas privadas de libertad o que lo han estado, desarrollando módulos de apresto laboral, capacitación en oficios y acompañamiento sicosocial a los beneficiarios del programa.

La etapa de apresto pretende desarrollar competencias blandas y conductas deseables para que puedan insertarse laboralmente, junto con la capacitación en un oficio de la construcción.

Castro añade que, a nivel general, del total de los beneficiarios colocados, el 83% se mantiene en el rubro de la construcción. “Esta situación no es lineal, porque varios de ellos, aspiran y se lanzan a construir su propio emprendimiento. Sin embargo, existe un porcentaje que vuelve al sector”.

Comenta que, en todo ese proceso, el compromiso de las empresas socias es clave, ya que son ellas las que reciben a estos nuevos trabajadores.

Actualmente y debido a la pandemia, el programa está detenido y están pendientes cursos de capacitación en Concepción, Coronel y Cañete. Esto, ya que es en la etapa 3 del plan “Paso a paso” donde se podrían retomar.

CASO EXITOSO

Ramón Figueroa ingresó al programa Cimientos en 2017 y cursó una capacitación en albañilería. De ese modo, llegó a la constructora Pocuro, donde trabaja hasta el día de hoy.

“Fue una buena oportunidad para mi vida. Nos dieron una mano para que pudiéramos aportar a la sociedad y apostaron por nosotros. Pusieron las manos al fuego por nosotros”, dice al recordar sus inicios.

En Pocuro entró como jornal, en la actualidad es ayudante de trazador. Cuenta que “además Dios me regaló hace un año una linda familia, con un hijo, Gaspar, de seis meses”.