Urbanismo extremo en nuevo plan regulador

11 / 03 / 17
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Osorno está a punto de convertirse en ciudad verde, pero eso no será gratis. Mucho se ha hablado de la propuesta del nuevo plan regulador de Osorno. Las quejas de vecinos afectados por la inminente desvalorización de sus viviendas; advertencias de las pocas industrias que al cambiarles el uso del suelo donde están ubicadas se les está obligando a irse a otros lugares; grandes colegios del centro no podrán hacer ampliaciones ni remodelaciones y se les obliga a irse hacia la periferia.
La Cámara Chilena de la Construcción y arquitectos estamos desconcertados con la intención de desdensificar las zonas consolidadas y céntricas. En la propuesta de densificar las zonas periféricas, ampliando los límites urbanos hacia la locura de 2.500 hectáreas adicionales sin ninguna factibilidad sanitaria, y hacia el oriente de la infranqueable Ruta 5, no se reconoce la vocación ganadera, la aptitud turística ni la accesibilidad privilegiada. Tampoco se proponen nuevas zonas de renovación urbana, ningún plan para el centro comercial o algún incentivo para el patrimonio arquitectónico.
La asesora urbana del municipio y el jefe de la Secplan presentan y justifican la propuesta, y el consultor contratado por el municipio para aprobar ambientalmente el plan regulador es quien defiende cada ordenanza y cada zona con dientes y muelas, como si fuera él el verdadero urbanista y autor de toda la propuesta extrema. Es posible que con este trabajo pretenda un premio de Greenpeace para crear una ciudad verde, pero lo que tenemos que tener claro los habitantes de Osorno es que si lo obtiene lo hará con nuestro bolsillo y sacrificio, porque la propuesta utópica que se plantea no es posible llevar a la práctica por innumerables razones técnicas, sanitarias, legales, sociales, económicas y políticas.
Este trabajo corre el riesgo de ser guardado en un cajón del municipio, como ocurrió con la propuesta de la consultora Urbe, la de la consultora Pulso, la del urbanista municipal Bello, derrochando con todos ellos cientos de millones de pesos en estudios ya pagados.
El alcalde Jaime Bertín nos impacta con su capacidad política, resuelve con la foto de un pretil la erradicación de mil familias en zonas inundables, y con una promesa de confianza hacia los industriales que no serán congelados, en abierta contradicción con lo propuesto por sus urbanistas. Nos invita a hacer observaciones al plan diciendo: "estamos recién comenzando". Después de 15 años y cientos de millones invertidos estamos recién comenzando a definirnos si queremos ser una ciudad industrial, o una ciudad parque. Parece que al final de un largo y costoso trabajo de planificación municipal, estamos de verdad en el principio.

Raúl Ilharreguy Gutiérrez

Arquitecto y socio Cámara Chilena de la Construcción Osorno