Copiapó: Infraestructura en regiones: necesaria y urgente

Hasta 20 años de espera es el tiempo que las regiones han estado esperando para concretar proyectos de infraestructura críticos. Henrich Von Baer, Presidente Nacional de la Fundación Chile Descentralizado, comentó que estas demoras se explican por una organización territorial del Estado “altamente centralizado, vertical y sectorializado”.

Esto hace que se pierdan potencialidades de inversión regional y la mirada local sobre las obras más urgentes que se necesitan en las distintas zonas de Chile. Atacama, en este escenario, no es una excepción. La brecha en la necesidad de infraestructura ha quedado en evidencia en eventos sucedidos en la región, como durante el boom de la minería (recordado es el caso de que algunas mineras debían sacar su material por otras regiones, pues no había puerto multipropósito en la zona) y en los aluviones del 25M, dada la exposición de nuestras ciudades frente a catástrofes naturales.

Pero el tema incluso va más allá que hechos particulares. En una región que ha generado importantes recursos para el país y que ha tenido un crecimiento demográfico significativo en la última década, la inversión en infraestructura está relacionada con mejorar la calidad de vida de sus habitantes y en entregar el soporte que sus actividades productivas necesitan para poder desarrollarse.

A pesar de que actualmente el ciclo minero está de baja, en algún momento éste podría dinamizarse y si no estamos preparados, podría ser complejo en términos de lo que nuestra región estructuralmente pueda asumir y más pensando que estos son períodos con una duración determinada, por lo que la infraestructura es el soporte que permite mantenerlos en el tiempo. Es lo que se llama adelantarse a futuras necesidades.

Por lo mismo, como CChC hemos detectado algunos proyectos que creemos de una importancia sustancial para la región -algunos dentro de la cartera de inversiones del gobierno y otros que organizaciones han hecho ver lo necesarios que son-, que se incluyeron dentro de un plan estratégico presentado el año pasado en el contexto del Seminario Infraestructura para el Desarrollo de Atacama, los cuales deberíamos empujar como actores regionales, considerando que también existen otras iniciativas que tienen la misma relevancia.

En este contexto, creemos fundamental el desarrollo de vialidad, como infraestructura que nos conecta (logística), donde destaca la extensión de la carretera costera que viene desde Caldera (94 kilómetros más, aproximadamente), uniendo Huasco con el sector de Punta de Choros, aprovechando una de las zonas con mayor potencial turístico, actividad que el gobierno ha llamado a potenciar.

Del mismo modo, la doble vía Caldera-Antofagasta (469 kilómetros), para mejorar los estándares de conectividad, completando el doble trazado de la ruta 5 que atraviesa Atacama, tendrá incidencia tanto desde el punto de vista de acercar a las personas como desde la productividad para el traslado de cargas.

La nueva cárcel de Copiapó también es un proyecto que debiera tener suma urgencia, como infraestructura que nos involucra (social), tomando en cuenta que la actual tiene una tasa de hacinamiento de 169%, según Gendarmería. Y aunque es un proyecto que actualmente está en diseño, no se pueden obviar los retrasos que ha sufrido, cumpliéndose más de 5 años desde que fue presentado.

Por último, se debe considerar otra de las necesidades de nuestra región: la escasez hídrica. Para esto, la concreción del embalse Lautaro 2.0 es esencial, dentro de la infraestructura que nos sostiene (basal), pues como ha dicho la Junta de Vigilancia del Río Copiapó y sus Afluentes, el 2016 se acumuló sólo el 10% de los 90 millones de metros cúbicos que recibió. Se hace entonces urgente que se considere dentro de la cartera de proyectos que tiene el MOP; la disposición y el uso eficiente del agua es fundamental para nuestra comunidad.

Juan José Arroyo Díaz, Presidente CChC Copiapó