Más de 500.000 familias requieren una solución habitacional en el país

07 / 11 / 17
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  • Del total de viviendas que constituye el déficit habitacional de interés social, 285.439 viviendas corresponden a nuevos requerimientos habitacionales por deterioro de los inmuebles (56%) y 222.277 a nuevos requerimientos por allegamiento (44%).
  • En el período 2013-2015 el déficit habitacional de interés social aumentó a nivel nacional 0,1%, principalmente por el incremento del número de viviendas que necesitan ser reemplazadas al no ofrecer condiciones mínimas de habitabilidad.

507.716 nuevas viviendas, para un total de 1,5 millones de personas, debieran construirse en el país para resolver el déficit habitacional que afecta a los segmentos más vulnerable de la población. Así lo dio a conocer esta mañana la Cámara Chilena de la Construcción (CChC) al presentar su Balance de Vivienda Social y Entorno Urbano 2017, estudio que realiza cada dos años con datos de la Encuesta de Caracterización Socioeconómica Nacional (Casen) más reciente y que, en esta oportunidad, fueron dados a conocer por el gobierno hacia fines del año pasado.

“Lo que nos motiva a hacer este trabajo es que la vivienda sigue siendo una de las principales aspiraciones de los chilenos, a lo que se ha agregado una gran preocupación por la calidad del entorno urbano. Y contar con buenos antecedentes y análisis al respecto es clave para el diseño de políticas públicas de calidad en ambas materias”, señaló el presidente (s) del gremio, Patricio Donoso.

En tanto, el gerente de Estudios de la Cámara de la Construcción, Javier Hurtado, explicó que el informe de la CChC se centra “en identificar la necesidad de viviendas nuevas –tanto para reemplazar inmuebles que no ofrecen condiciones mínimas de habitabilidad como para atacar el problema del allegamiento extremo– de los primeros seis deciles de la población, el que suele ser el segmento objetivo de la política social”.

De esta forma, el gremio estimó además que del total de 507.716 viviendas que constituyen el déficit habitacional de interés social, 285.439 viviendas corresponden a nuevos requerimientos habitacionales por deterioro de los inmuebles (56%) y 222.277 a nuevos requerimientos por allegamiento (44%).

Hurtado agregó que “entre esta medición y la anterior (2013) el déficit habitacional a nivel nacional no ha disminuido. Esto se explica porque, si bien se ha avanzado en reducir los problemas de hacinamiento y allegamiento, se observa un incremento constante de las viviendas que debieran ser reemplazadas por su grave estado de deterioro, lo que es una señal de mucha relevancia para orientar la política pública”.

 

Análisis territorial

Las necesidades de nuevas viviendas para resolver problemas de deterioro y allegamiento se concentran principalmente en las regiones Metropolitana, del Bíobío, Valparaíso, La Araucanía y El Maule. “Asimismo, destaca que en el período 2013-2015 el déficit habitacional aumentó en ocho regiones, siendo el caso más significativo el de la Región de Tarapacá, en que se incrementó en 68%”, dijo el profesional.

En tanto, las 10 comunas que requieren mayor cantidad de viviendas de interés social son Maipú (15.432 viviendas), Puente Alto (13.171), Antofagasta (12.735), Temuco (12.412), Valparaíso (12.094), La Pintana (9.348), Pudahuel (8.915), San Bernardo (8.716), La Florida (8.641) y Puerto Montt (8.444 viviendas).

Ahora bien, si el análisis se hace ya no en función del número de viviendas necesarias de construir sino del porcentaje de población con déficit habitacional, destacan entre las comunas con más de 50.000 habitantes Putre (donde el déficit habitacional afecta al 31% de su población total), Lautaro (20%), Cerro Navia (18%), Constitución (18%), Estación Central (17%), Río Negro (17%), Freire (17%), Carahue (16%), Talagante (16%) y La Calera (16%). Como se observa, tres de ellas se ubican en la Región Metropolitana y otras tres en la Región de La Araucanía.   

 

Características del entorno urbano

Para caracterizar el entorno urbano se consideraron cuatro dimensiones: infraestructura básica (calidad de calles y veredas y existencia de otras infraestructuras básicas), equipamiento (existencia de este a 2,5 kilómetros del hogar), sanidad (probabilidad de ocurrencia de problemas de sanidad en el entorno) y seguridad (probabilidad de ocurrencia de problemas de seguridad en el entorno).

Según el estudio –y siempre a partir de los datos de la encuesta Casen–, el entorno urbano de una vivienda ofrece, en promedio, menos de la mitad (42%) de la infraestructura básica que se estima como óptima. A modo de ejemplo, el 96% de las manzanas no posee toda la infraestructura básica deseable y el 64% de las manzanas en nuestras ciudades no cuenta con veredas ni pavimentos en buen estado.

En materia de equipamiento urbano, uno de cada diez habitantes del país presenta carencias en esta materia en el radio de 2,5 kilómetros de su hogar, lo que equivale aproximadamente a 20 cuadra.

En relación con la sanidad del entorno, el aspecto más significativo es que una de cada cinco personas vive en entorno urbano que ofrece una alta probabilidad de experimentar problemas medioambientales. Por ejemplo, el 23% de la población ha estado expuesta a presencia de basura en el espacio público y el 28% a plaga de insectos y animales vagos.

El indicador seguridad del entorno muestra que uno de cada cuatro habitantes vive en un entorno que ofrece una alta probabilidad de estar expuesto a problemas de seguridad. De hecho, el 38% de la población ha estado expuesta a consumo de drogas en su entorno, el 26% a tráfico de drogas y el 16% a balaceras.

 

Comunas prioritarias

Por último, al cruzarse los datos de déficit habitacional y de entorno urbano el estudio de la CChC identifica 13 comunas que debieran ser prioritarias para la política pública dado su nivel de carencia. Se trata de Arica, Iquique, Valparaíso, Cerro Navia, Estación Central, Talagante, Pedro Aguirre Cerda, Melipilla, Recoleta, La Pintana, El Bosque, Coronel y Los Ángeles.

 

10 propuestas de la CChC

A partir de estos antecedentes, el presidente (s) de la Cámara Chilena de la Construcción, Patricio Donoso, presentó 10 propuestas del gremio tanto para acelerar la reducción del déficit habitacional como para mejorar la calidad del entorno urbano de las familias:

  1. Perfeccionar los instrumentos utilizados para asignar subsidios y mejorar la focalización del gasto social en viviendas. Así se podría avanzar más rápido hacia el objetivo de revertir el aumento del número de campamentos y disminuir la presencia de los dos primeros deciles en el déficit habitacional de interés social total (39%).  
  2. Permitir que familias que ya han obtenido una vivienda subsidiada puedan acceder a un nuevo “subsidio de movilidad” (de monto más acotado) que, junto con un crédito hipotecario, les ayude a cambiar su actual vivienda por otra en mejores condiciones.
     
  3. Definir estándares urbanos mínimos que deban cumplir todas las comunas del país, independiente de las condiciones socioeconómicas de sus habitantes, de manera de asegurarles niveles básicos de infraestructura urbana, equipamiento y servicios.
     
  4. Reforzar los programas de rehabilitación de barrios y viviendas, incluyendo las unidades que queden disponibles gracias a la aplicación del “subsidio de movilidad”. Esto permitiría crear rápidamente un stock de inmuebles para grupos vulnerable y moderar el déficit por deterioro.
     
  5. Garantizar la disponibilidad de suelo para la construcción de nuevas viviendas subsidiadas, ampliando las áreas de concesión de las empresas sanitarias y densificando zonas con buena infraestructura de transporte, equipamiento y servicios. Mayor concentración de allegamiento en sectores con estas características reflejan su alta valoración.
     
  6. Diseñar un programa de mediano y largo plazo para la ejecución de proyectos de infraestructura de alto estándar en las comunas más críticas. Principalmente referido a infraestructura de transporte, servicios públicos y áreas verdes.
     
  7. Crear un modelo público-privado para construir, mantener y administrar inmuebles en arriendo, junto con un reimpulso al subsidio de arriendo, para personas jóvenes y familias con vulnerabilidad transitoria o que aún no logran estabilidad laboral.
     
  8. Velar por el equilibrio entre la necesaria estabilidad del sistema financiero y las posibilidades de acceso a crédito hipotecario de las personas, de modo que los grupos emergentes (deciles III al VI) sigan encontrando en este instrumento la “llave” de su casa propia.
     
  9. Fortalecer el trabajo colaborativo entre el sector público y el privado, pues ha sido central en la acelerada disminución del déficit habitacional en las últimas décadas y debe seguir siendo clave para afrontar los nuevos desafíos en materia de vivienda y urbanismo.
     
  10. Si bien es una problemática que sobrepasa el ámbito de la vivienda y el urbanismo, cabe señalar que el 49% de las familias con déficit habitacional de interés social tiene a una mujer como jefa de hogar. Este grupo es particularmente vulnerable, tanto porque se trata de familias que suelen no tener un segundo ingreso como por la menor tasa de inserción laboral de las mujeres respecto de los hombres. Abordar esta realidad es un desafío mayor para el país.

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