Crisis de Planificación Urbana

10 / 04 / 17
Baja_Resoluc.jpg Baja_Resoluc.jpg

Chile vive una crisis de planificación urbana que se refleja, por ejemplo, en vecinos que sienten amenazadas sus condiciones de vida por la construcción de edificios, creciente tensión entre comunidades y empresas inmobiliarias, más dificultades para ejecutar proyectos, limitaciones a la oferta de viviendas y mayor segregación social.

En el centro de este problema están el sistema y los instrumentos usados para planificar el desarrollo de las ciudades, los cuales están obsoletos y son ineficientes.

Para avanzar hay que reconocer que las ciudades crecen por las necesidades de las propias personas y familias que las habitan. Ese crecimiento debiera ser asumido por las autoridades y planificado en un horizonte de largo plazo, desarrollándose estrategias para que crezcan por extensión del radio urbano, renovación de barrios deteriorados y densificación en altura.

Ahora bien, las particularidades de tales dinámicas son materia de los planes reguladores, cuya gestión es responsabilidad exclusiva de autoridades nacionales, regionales y comunales. Sin embargo, en muchos casos estos no existen o están desactualizado, lo que lleva a que no reflejen apropiadamente acuerdos básicos sobre el desarrollo de los territorios que regulan.

Sobre esto quisiéramos hacer algunas propuestas. Para comenzar, que haya más y mejor participación ciudadana en la gestión de planes reguladores comunales (PRC).

Esto significa, primero, que sea oportuna. Que se desarrolle desde la concepción misma de los planes y de la visión de ciudad que los sostienen. Hoy ocurre lo contrario. La comunidad interviene poco y solo en las últimas etapas de elaboración de los PRC, cuando los municipios ya han invertido tiempo y dinero en su diseño, por lo que el espacio de comprensión y perfeccionamiento del instrumento es limitado.

Y segundo, que sea indicativa, aportando argumentos a las autoridades para la toma final de decisiones. ¿Por qué? Porque la simple suma de intereses particulares no genera necesariamente bien común. Ni cuando se trata de los intereses de las empresas ni de las personas. Es deber de las autoridades –sobre la base del marco regulatorio– sopesar tales motivaciones y responder tanto a necesidades y objetivos que van más allá de aquello que mueve a los directamente involucrados como a la pregunta de dónde y cómo acoger a los nuevos hogares que se forman.

Otro desafío es hacer más transparentes estos procesos y lo que de ellos resulta. Los PRC suelen ser de fácil acceso, pero su comprensión es engorrosa. Existen experiencias internacionales que con el apoyo de la tecnología posibilitan una mejor visualización de los cambios que permite un instrumento de planificación.

En esta misma línea, debieran evaluarse algunas normas que, aun estando conceptualmente bien inspiradas, generan condiciones de edificación que pudieran interpretarse como ajenas a lo definido en los instrumentos de planificación.

Luego –y esto es un aspecto cada vez más crítico– las empresas inmobiliarias deben asumir como parte central de su negocio la relación con las comunidades y, por ejemplo, aportar oportunamente la mejor información posible de sus proyectos a clientes y vecinos. La CChC pone a disposición de todos sus socios su “Programa Buenas Prácticas” (http://www.programabuenaspracticas.cl), herramienta para fortalecer la sostenibilidad de la industria, que ofrece orientaciones al respecto y cuyo cumplimiento es certificado por un órgano externo.   

Como sector privado tenemos el convencimiento de que se necesitan reglas claras y estables para el desarrollo del país. Pues bien, con la misma convicción sostenemos que si tales reglas ya no reflejan plenamente el consenso necesario para una vida en sociedad lo más armónica posible, estas deben debatirse y actualizarse sobre la base del diálogo, las consideraciones sociales, el conocimiento técnico y el bien común.

Es deber de las autoridades -actuales y futuras- impulsar esta impostergable tarea. Y es deber de todos estar dispuestos a colaborar, pues hacer mejores ciudades es un desafío que nos involucra a cada uno de nosotros.

 

Sergio Torretti Costa

Presidente

Cámara Chilena de la Construcción